viernes, 6 de diciembre de 2013

Córdoba emergente

Para no repetir argumentos y relatos vamos a remitirnos a algunos análisis que vienen sucediéndose luego de la jornada, el de EduardoCastilla, el de Fernando Rosso y la muy buena descripción de la Córdoba actual que hace Pablo Seman. Dialogamos con Leonardo Nesta, militante de la juventud del PTS con cierta experiencia en trabajo político barrial.



La Córdoba profunda y pobre salió a la luz un 3 de diciembre del año 2013. Nadie en Córdoba olvidará fácilmente esa fecha. Los medios de comunicación propalaban a los cuatro vientos que miles de delincuentes circulaban por la ciudad nocturna haciendo desmanes y robando a todo aquel que se le cruzara. “Esto no es por hambre” repetían entrevistados asustados y coquetos comentadores de TV. El miedo se instalaba en muchos. No negamos que las mafias policiales hayan operado para construir la imagen del caos, que para apresurar la negociación hayan apelado a sus amigos descompuestos con quienes manejan, unos con uniforme otros sin, el crimen mayor, léase narcotráfico, trata de personas, desarmaderos de autos, venta de armas y otros crímenes varios. Ahora bien, no podemos abonar una teoría que diga que batallones de miles de personas dirigidos por estos criminales de profesión asolaron la ciudad coordinado con las fuerzas policiales. No, es imposible que pensemos el complot por fuera de las fuerzas sociales que se desataron rebalsando el vaso de lo controlable. Una bronca juvenil, desde abajo, plebeya, emergió esa noche. Los motores de muchos de los pibes que se decidieron por el saqueo vienen de la miseria, pero junto con esto, que también es un factor de peso, existe un sentimiento de bronca, de desahogo y venganza social en la conciencia de los jóvenes pero perfectamente comprensible. El tema merece una mirada un poco más compleja. Viene a colación el relato que nos hace un militante político, conversando sobre las motivaciones de los saqueos, “sin lugar a dudas el odio hacia la cana que existe entre la juventud de los barrios es inocultable, hace unos años, cuando abrimos una casa cultural en una de las zonas donde los saqueos fueron fuertes, con el objetivo de llegar a una franja de jóvenes trabajadores que entraban a las fabricas en el momento de reactivación que se vivió pos crisis del 2001, lo pudimos comprobar, a la fecha tenemos otra con características similares, en barrio arenales, un barrio muy pobre de córdoba, ahí, entre la juventud se mantiene firme, diez años después, ese odio visceral hacia la policía, pero antes de explicar eso quisiera, también, graficar algo desde lo personal, aunque ya conseguí un buen trabajo y a decir verdad, en lo material, esos momentos de mi juventud donde era parte de ese estrato, me animo a explicar que el mes de diciembre se vive, sobre todo en los más jóvenes, de una forma muy especial, ese mes, fiesta del consumo para algunos, para los que no pueden comprarse nada, es de profunda impotencia, por mi parte sabía enojarme mucho con mi viejo, pero también con la vida en general, por no poder estrenar un par de zapatillas nuevas como el resto de los pibes, en ocasiones obligado a brindar, sino me cagaban a palos por quejoso, terminaba el brindis y me iba a dormir, con todo el odio encima y angustia también”. Hoy esa impotencia se ha profundizado, porque además de la pobreza una franja enorme de pibes pobres sufre el hostigamiento, el maltrato, la persecución e incluso la segregación que impone la policía, pero que se expresa también en lo que no pueden tener, por más que se rompan el lomo trabajando. Continua Leonardo “en estos días, tras los saqueos, a una amiga, que tiene la desgracia de ser negra y pobre, le molestó mucho tener el facebook plagado de ‘amigos’ que se tiraban contra los negros y los choros como un sinónimo de algo común o natural, dijo ‘otra vez contra los negros, siempre contra los negros’ son muchos años de ofensa continua y profunda, algún día tenía que saltar y saltó”. Esto para tratar de graficar que las condiciones materiales que motorizaron los saqueos, no son directamente el hambre sino también la carencia de múltiples productos, y la opresión continua y fuerte hacia su condición de pobre urbano. Muchos se escandalizaban viendo las imágenes del local de Dexter de Av. Fuerza Aérea vaciado, alguien se llevó todas las zapatillas y medias que le entraban en sus manos, no creemos que eso sea una mafia actuando, nos remitimos al relato que alude al mismo preciado artículo: las zapatillas.
En la otra punta del ring tenemos a comerciantes enfurecidos y también a jóvenes de clases medias acomodadas dispuestos a partirle la cabeza de un palazo a cualquiera que tenga el aspecto de “el saqueador”, es decir jóvenes morenos, de gorra y en moto. El episodio que se relata aquí destila racismo y desprecio hacia los “jóvenes de gorra”. Hablando de los sectores sociales que fueron más perjudicados por los saqueos Leo nos comenta que conoce del barrio a una señora que protagonizó varios minutos de noticiero, “ayer durante todo el día, en TN pero también en los medios locales, transmitieron un vídeo de una pequeña comerciante de mi barrio que fue saqueada y su casa desvalijada, la tipa llorando desconsoladamente, diciendo ‘me cago laburando para tener esto’, era capaz de conmover a las almas mas impiadosas una y otra vez la pasaron al aire, el contenido es siempre igual, el objetivo no es la noticia sino generar un estado de psicosis en las clases medias, en el buen vecino, que sin la policía estarían a merced de estas hordas, debajo de esta superficie hay otras historias, esta señora heredo su ‘pequeño comercio’ de sus padres, explotadores de inmigrantes en los cortaderos de ladrillos, a muchos de ellos les pagaba, cuando quería, con mercaderías de su propio local, el precio de las mismas lo manejaban a su antojo, y el monto de la libretita también, es decir comían lo que ella quería, cuando ella quería,  a la fecha el comercio de esta ‘pobre mujer’ tiene al menos 4 empleados jovencitos que no deben pasar los 3500 pesos de sueldo, esta acongojada señora tenía previsto, seguramente, viajar en enero, como hace siempre, a vacacionar en cuba, a disfrutar los beneficios de su sacrificado trabajo, mientras la piba que atiende la parte de panadería, o el repositor, seguro que apenas puedan irse a las sierras”. No absolutizamos este caso, ni decimos son todos iguales, ni tampoco es un crimen viajar a Cuba, pero justo nos damos con un caso de los que la TV gusta de usar de testigo y nos encontramos con alguien que tiene un pequeño comercio que parece tener poco que ver con el pobre vecino bonachón que muestran los medios, eso sí, los hubo quienes verdaderamente sufrieron los excesos de la bronca, "en Nuestro Hogar Tres, barrio de mucha composición inmigrante, boliviana, paraguaya y peruana, hubo de esos, pequeños comerciantes con verdulerías y almacenes que solo ayudan a mantener su sustento sufrieron el vendaval social" nos agrega Leo.

Plantear las diferencias entre las distintas capas de la clase media y las mentiras de los medios, no es de ninguna manera, apoyar el método de los saqueos, por el contrario los marxistas lo rechazamos por atentar contra un aspecto fundamental de nuestra estrategia de poder, la alianza obrera y popular, como se explica aquí. Pensando desde ahí en como el mismo movimiento obrero luchando puede generar apoyo en los sectores medios contra los capitalistas, constituyendo así un bloque social revolucionario, los saqueos son un atentado a esa perspectiva de alianza obrera y popular. Pero de rechazar el método del saqueo a desaparecerlo del análisis y la política necesaria para superarlo por izquierda hay un gran paso. Ni los jóvenes de los barrios que el miércoles 3 de diciembre saquearon son todos marginales descompuestos al servicio del crimen organizado, aunque los hubiera entre ellos, ni la clase media que salió continuamente en la tele es toda 'pequeña comerciante' desprotegida y humilde. No hay tal homogeneidad en las clases, existen entre ellas distintas capas que combinan y contraponen intereses propios y comunes, el mecanismo de los medios de comunicación y la propaganda burguesa consiste en mostrarlas como algo uniforme, en el caso de los sectores pobres y desocupados de la clase obrera mostrando su cara más descompuesta, lo peor de la clase en algún sentido moral, en el caso de la clase media, lo mejor que tienen, los humildes comerciantes atacados por la furia de los pibes. La realidad es más compleja,  existe también esa complejidad hacia el interior de la clase obrera ocupada, Leo continúa “en las fábricas hay una franja de trabajadores de entre 30 y 35 años, sobre todo en los sectores más precarizados, que en el 2001 fueron parte de los saqueos y hoy hacen un esfuerzo por comprender a esos jóvenes que como ellos, para aquella época pibes de 18/23 años, salieron a romper la legalidad por hambre. Ojo que también hay entre ellos una casta que se para por encima de los trabajadores y de hecho vive de ellos, la burocracia sindical. Dragún el que era Ministro de Trabajo y ahora volvió al SMATA y a la CGT salió a demonizar a los pobres de la ciudad incluso a los pibes que se movilizaron en la Marcha de la Gorra hace unos días, salió a defender la figura del merodeo del Código de Faltas, que es meter presos a los pibes por su apariencia nomás. La influencia de la dirección también se hace sentir entre los propios laburantes. Entre las capas de la clase media existe ese pequeño comerciante inmigrante, ese ex obrero que cobro una indemnización y se puso su tienda de ropa, su kiosco”, Leo se refiere a una capa próxima a la clase obrera y otra capa con mayor capital y cercana a la burguesía, es una clase que de conjunto, sobre todo en momentos pacíficos, oscila entre la influencia de una y otra clase fundamental, la clase obrera o la burguesa. Leo agrega “El resultado de esta reflexión plantea para los militantes revolucionarios la definición de que en estos casos no se puede tener un discurso general, es decir que no explique el complejo tejido social que subyace al fenómeno, sino una política algebraica, es decir que contemple la relación de las clases entre sí, la preponderancia de unas sobre otras, o el rol dirigente o influencia de unas capas sobre otras al interior de las mismas. La burguesía, consciente de esto, lo explota y usa a su favor, los revolucionarios debemos actuar en consecuencia, nuestra apuesta es a que la clase obrera se convierta en el caudillo de las demás clases oprimidas y explotadas, bajo un programa que apunte en primer término a unificar sus filas, a sacudirse de los agentes que actúan en su interior al servicio del capital, la burocracia, y que de este modo prepare las condiciones necesarias para la hegemonía y dirección del bloque social que desarrolle la revolución, en un plano más acotado a la táctica, la pelea dada en Neuquén por nuestros compañeros del PTS muestra en pequeño la perspectiva que planteamos”.
En otro momento político y bajo otras condiciones, León Trotsky explica esta mecánica partiendo del rol de las clases medias o pequeño burguesía "Naturalmente, el pequeño propietario tiende al orden, en tanto que sus negocios marchan bien y mientras tiene esperanzas de que marchen aun mejor. Pero, cuando ha perdido esa esperanza, es fácilmente atacado por la rabia y está dispuesto a abandonarse a las medidas más extremas (...).La pequeña burguesía es económicamente dependiente y está políticamente atomizada. Por eso no puede tener una política propia. Necesita un ‘jefe’ que le inspire confianza. Ese jefe individual o colectivo (es decir, una persona o un partido) puede ser provisto por una u otra de las clases fundamentales, sea por la gran burguesía, sea por el proletariado (...) Para atraer a su lado a la pequeña burguesía, el proletariado debe conquistar su confianza. Y, para ello, debe comenzar por tener él mismo confianza en sus propias fuerzas. Necesita tener un programa de acción clara y estar dispuesto a luchar por el poder por todos los medios posibles. Templado por su partido revolucionario para una lucha decisiva e implacable, el proletariado dice a los campesinos y a los pequeños burgueses de la ciudad: “Lucho por el poder; he aquí mi programa; no emplearé la fuerza más que contra el gran capital y sus lacayos; pero con ustedes, trabajadores, quiero hacer una alianza sobre la base de un programa dado.”

Concluye Leo " el clima que vivimos estos días fue muy reaccionario,  que influyó a franjas de trabajadores ocupados, los mismos vieron con recelo los saqueos y tomaron como propia la propaganda que se hacía desde los medios y el gobierno. Para mi es difícil que este clima pueda desarrollarse en el tiempo, al menos me parece que no es inevitable ni que tenemos que prepararnos para un momento defensivo extendido en el tiempo. Digo esto porque los trabajadores tienen su propia agenda pendiente con el gobierno y las patronales, aguinaldo, bono, paritarias, impuesto al salario. Así yo creo que se puede dividir el bloque que pidió orden y represión. De hecho a pocas horas de los saqueos ya se empiezan a ver tomas de los hospitales y hubo una toma de Tribunales por los empleados judiciales. Hoy viernes hubo una marcha de unas 4 mil personas más o menos contra De La Sota. Por otro lado están los miles de  jóvenes que se movilizaron en la Marcha de la Gorra hace poco. También están los trabajadores de Volkswagen que vienen peleando contra despidos y un fraude. Los obreros de la UOM hicieron también paros y tomas de fábricas. Tenés que tener en cuenta también a los estudiantes secundarios que ya salieron en el 2010, y los universitarios, yo vi realmente muchos en la marcha de hoy. La izquierda revolucionaria tiene un gran rol que cumplir ahí, sino las burocracias sindicales pueden llevar todo a la derrota. Tiene que colaborar en que surja una vanguardia que pelee una política para triunfar. Nuestra pelea, además de dotar a los trabajadores estatales de un plan de acción para vencer, hoy, es convencer al sector de avanzada de ellos para que tomen en sus manos el pedido de indemnización de los pequeños comerciantes y la consigna de abajo el Código de Faltas.  Ante la debilidad del gobierno, ganarse la simpatía de franjas de las clases populares es fundamental, la lucha sindical es, bajo estas condiciones, claramente una lucha política. ”

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